La elegancia de la ingeniería. La historia de BMW
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El nombre de BMW es sinónimo de rendimiento, lujo y, sobre todo, de la experiencia de conducción. Originalmente, Bayerische Motoren Werke (Fábricas Bávaras de Motores) se dedicaba a la fabricación de motores de avión, pero tras la Primera Guerra Mundial, se adaptó y comenzó a producir motocicletas y luego autos. Su legado automotriz comenzó en 1928 con la compra de una fábrica de autos. Sin embargo, no fue hasta la posguerra que BMW se estableció como un jugador importante con su innovadora serie de autos deportivos, enfocándose en la ingeniería y la dinámica de manejo. El lema "La Máquina Definitiva para Conducir" (The Ultimate Driving Machine) no es solo un eslogan, sino una filosofía que se refleja en su enfoque en la distribución de peso 50/50, sus motores de seis cilindros en línea suaves y potentes, y su tracción trasera. BMW fue pionera en el desarrollo de la electrónica automotriz y el diseño de la cabina centrada en el conductor, haciendo que la experiencia de manejo sea lo más intuitiva y placentera posible. Modelos icónicos como el BMW E30 M3 se han convertido en leyendas de las carreras y autos de culto, mientras que sus modernos autos de la Serie 3 y Serie 5 han definido el segmento de los sedanes deportivos. Hoy en día, la marca ha expandido su portafolio con SUVs como los X5, autos eléctricos como la familia i, y la marca de lujo Rolls-Royce, manteniendo su posición como un líder en innovación y rendimiento, con una reputación de construir autos que son un deleite para los entusiastas de la conducción.